Cuando iniciamos, éramos apenas una pareja de jóvenes contadores conscientes de que el sólo cumplir con el trabajo no era suficiente, que los empresarios requerían mucho más que la práctica contable, que era necesario ayudarlos al crecimiento de su negocio.
Que había que prepararse para enfrentar los nuevos retos de los cambios fiscales, lo que teníamos por delante era complicado.
El deber y el compromiso se volvieron constantes indispensables en nuestro trabajo.
A más de dos décadas, el balance es positivo, gracias a la confianza de nuestros clientes, la capacidad de nuestros colaboradores y nuestro entusiasmo desde ese primer día, hemos consolidado alianzas y un portafolio de servicios para responder a los retos de un entorno cada vez más exigente y cambiante. Los desafíos son cada vez más diversos y complejos, así como también las oportunidades.